PATXI LARRAINZAR ANDUEZA (1934-1991)
Patxi Larrainzar nació en el pueblo Navarro de Riezu. Fue un nacimiento especial, tanto por ser gemelo como porque su madre murió en el parto. Nacido en una familia numerosa con ocho hermanos/as pasó sus dos primeros años en Lorca con unos familiares, para después volver a Riezu.
Más adelante, a los ocho años de edad, vino a vivir a la Rochapea a casa de su tío: Don Marcelo Larrainzar era el párroco de la iglesia “El Salvador”, y uno de los fundadores del colegio “Ave Maria”.
Su situación le llevó a estudiar en el seminario de Pamplona a partir de los diez años. Más adelante, completó sus estudios en la Universidad Católica de Comillas, donde se aficionó a la música y la escritura.
Tras ser ordenado, y pasar por varios pueblos de Navarra: Uriz, Lumbier,…. fue a Chile, donde impartió clases en la Universidad Católica. La sociedad que allí encontró hizo que se reavivase su conciencia social en favor de los marginados y pobres. Y como ejemplo de esto el libro “Es peligroso creer en Dios”.
Pasaron algunos años más antes de que volviera a Navarra, ejerciendo primero en Lerga y después en la Rochapea. Finalmente, se agravaron los problemas de salud que arrastraba desde hacía tiempo, muriendo en Pamplona el 12 de marzo de 1991.
Patxi fue un escritor hábil e incisivo: “Adiós monseñor”, “Pega pero escucha”, “El desertor”…
Además, escribió obras de teatro para el grupo “El Lebrel Blanco”: Carlismo y música celestial, Navarra sola o con leche, Utrinque Roditu, Pampilonia circus.
Sin embargo, su conciencia social y su naturaleza benefactora hizo que entrara y permaneciera en el corazón de muchos/as vecinos/as de la Rochapea.
Por ello, en el año 2003, se decidió dar su nombre al nuevo colegio surgido en la Rochapea. Ese mismo año se hicieron diversas charlas y otras actividades en su honor, en las que se elogiaron su conciencia social, su nivel espiritual, su fidelidad, su intuición, su fuerte carácter; el que fuera exigente consigo mismo y trabajador; y el que se mostrara atento con los/las pobres y enfermos/as y severo con las órdenes impuestas.
A LA ROTXAPEA (Patxi Larrainzar)
Si la memoria es facultad de olvidar
segun poeta,
yo te recuerdo, Barrio de la Rotxapea,
con tu vida lenta y tu crecimiento de hortalizas,
repaso con las yemas del olvido, tu pecho llano
y tu frente dura en San Cristóbal, besada por las palomas de otoño,
cuando eras la despensa de la vieja Iruña,
cereal que vino Pompeyo a arrebatarnos para
darnos su nombre de Pamplona,
viña del agrio chacolí en las tabernas
de la Navarrería.
Yo te escucho extramuros el más antiguo
de occidente,
y te oigo hablar en lengua euskalduna
a los curtidores de junto al agua,
oigo los rezos peregrinos hacia Compostela
por la Barranca, la soberbia del duque de
Alba conminado desee aquí a rendirse un reino,
o el mugido de los toros de Carriquiri
de otras playas.
Te palpo las arterias del agua y del ferrocarril
que te alancean,
y la flecha hacia las Bascongadas
tensada por el arco descaderado del Arga.
Barrio de obreros y de huertanos insistentes
sulfatados por el sol que sale sobre murallas,
te han cegado las fuentes y
apenas hoy te reconozco,
sin rostro amado,
las cardelinas ya te olvidaron,
y sin embargo amado para siempre.
TESTAMENTO (Patxi Larrainzar)
Como la guerra mundial está al caer y aquí no va quedar vivo ni el Balentxi, mi familia y los sobrinos que se creen inmortales,, me están insistiendo para que haga el testamento, por lo que pueda pasar. Deseandico que me muera vaya, aunque sus apremios se disfracen de prevenir futuras discordias, si muero sin testar. Claro, ellos ya saben que su tío es pobre, pero ahí está precisamente el morbo: que de los tíos pobretones se puede esperar cualquier sorpresa, incluso un fortuno en una rendija del sabayao y metido en el calcetín; pues, ¿Como se puede llegar a mi edad y encima soltero, sin haber amasado unos cuantos millones, con la de oportunidades que ha habido en este país en las últimas décadas, y con lo listo que yo me creo? “Tu haz el testamento y nos dejas a todos tranquilos , ¿vale?”.
Pues vale. Así que esta tarde de septiembre, el mes de clima más perfecto porque el cuerpo no se siente y el aire se bebe como una copa de champán, me voy a la orilla del Arga y hago dejación generosa de todas mis pertenencias, espirituales y materiales. Aquí constan.
- Cuando yo muera, decid a mis amigos que no me duele el irme de ellos, pues espero volver a encontrarlos, y ya sin el desgaste que produce la mirada deslizante de todos los días. Y aunque así no fuera, que tampoco me cuesta mucho dejarlos, pues lo que bien se quiere bien se abandona, y yo jamás los poseí para mi sino para ellos mismos.
Por eso, su amistad y aunque no hubiere eternidad, durará eternamente. - Cuando yo muera, podéis decir a mis enemigos que los odié con el desinterés de quien piensa en su bien, y como creo que están equivocados, siento que estén perdiendo la vida y haciéndola perder a otros. Y por eso los denuesto. Y los detesto. Y les deseo el infierno: el mismo que ellos han fabricado, para los demás.
- Cuando yo muera, decid por favor a las mujeres, que las amé como se ama al paraíso perdido: siempre a su puerta suspirando por entrar, y deseando a la vez que jamás se abra, para poder seguir soñando. Porque ellas, digan lo que digan ellas mismas, son el paraíso.
- Cuando yo muera, podéis decir a mi jefe el obispo, que lo espero desnudo detrás e las bambalinas del teatro, para recitar juntos y desnudos aquello del Eclesiastés. “mataoites mataiotecos kai panta mataiotes”, que todo es vanidad de vanidades. Y que después podremos ir juntos y desnudos a ver pasar ángeles, también desnudos.
- Cuando yo muera, decid a los demonios que salgan de mis sótanos, que se introduzcan en los de otra alma menos ascética, a ver si consigue un poco más de formalidad y un poco menos de mala leche que es mi caso.
- Cuando yo muera, decid a los niños que se planten y no crezcan más, por favor, que renuncien como Peter Pan al caramelo del “cuando seas mayor”. Porque nunca se llega a mayor sino a repelente niño arrugado.
- Cuando yo muera, decid a los comunistas vergonzantes,que se han equivocado de muro: que el que hay que derribar está en su propio corazón, allí donde la frondosidad del árbol capitalista no deja ver el bosque de la utopía incombustible. Que busquen en otra dirección.
- Cuando yo muera, podéis decir a los que han hecho la apuesta del insobornable Pascal, que no se han equivocado en absoluto: pues si luego de esta vida hay otra, acertaron siendo honrados. Y si no la hay, total, sólo se han perdido cuatro fruslerías píricas, que a la hora de la verdad valen mucho menos que un espíritu en paz consigo mismo.
- Cuando yo muera, decid al mundo occidental y cristiano, que se detenga de una vez: no por mi muerte, sino porque han tomado un camino encanallado, y está matando a millones de inocentes con su materialismo rampante y sus ideales horteras.
- Cuando yo muera, decid a los libros de mi biblioteca, que ellos han sido mi más secreta lujuria; cuando abiertos, como un amante abierto; y cuando cerrados, como un arca de misterios llena.
- Cuando yo muera, decid a la música barroca, que las más dulces lágrimas derramadas en mi vida han sido para su infinita belleza derramada. Y que si no la admiten en el cielo, robaré la barca de Caronte y me iré en su busca hasta el coro de Santo Tomás en Leipzig: porque allí estará Juan Sebastián Bach, y allí estará el cielo.
- Cuando yo muera, decid a todo el barrio que allá lo espero, a la orilla de aquel otro rio de aguas de miel como la piel de un niño. Pescaremos un pez rubio cada día, y nos divertiremos eternamente contando escamitas de oro. Como los habitantes de Macondo.
- Cuando yo muera, sobrinos, perdonarme pero tendréis que decirle a la Caja de Ahorros, que las 3.ooo pesetas que tengo en la cartilla son suyas: porque tanto enviarme arqueos y resúmenes y situaciones de cuenta tan esmirriada, bien se han merecido el ser mis herederos.
- Cuando yo muera, os evitaré el ir al cementerio pues ya sabéis que he dejado mi cuerpo a la facultad de medicina. Así que, echadme a la piscina de formol para que se cumpla mi más profundo anhelo: que los del Opus me toquen los cojones, y ya de paso se contagien con la gonorrea de la heterodoxia y el sida de la insurrección.
- Cuando yo muera, en fin, y esta es mi última voluntad, no le digáis nada a nadie: sencillamente, vivir. Será el mejor homenaje que nos hagáis a los muertos, vivir con pasión la vida fastuosa y apasionante de este pueblo nuestro.
1990-IX-9
Patxi Larrainzar Andueza (Riezu 1934, Iruñea 1991)
OBRAS DE PATXI LARRAINZAR DISPONIBLES EN LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS NAVARRAS
Patxi Larrainzar Andueza (1934-1991) Los títulos han sido ordenados cronológicamente según fecha de publicación:
- Es peligroso creer en Dios (1969), Orokorra (kontsulta)
- Carlismo y música celestial (obra teatral, 2 actos y estrambote, 1979), Orokorra (kontsulta)
- Navarra sola o con leche : (Debate teatral en un acto, 1979), Orokorra (kontsulta)
- Apuntes históricos sobre la Rochapea (1981), Orokorra (kontsulta)
- Crónicas secretas del nuevo reino de Navarra (1986), San Pedro
- Pampilonia circus (fiesta teatral, 1989), Orokorra (kontsulta)
- Pega, pero escucha (1990), San Jorge
- Pamplona se hunde y otros chandríos (1990), San Pedro, Antsoain
- Adiós Monseñor (1992), San Pedro, Antsoain
- El desertor (1993), Antsoain, Txantrea, San Jorge
- Diario suburbano de Pamplona (1993), Orokorra
- Pecados veniales de un cura asilvestrado (1995), San Pedro, Antsoain, Txantrea
- La provocación (1997), San Pedro, Antsoain
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